9/6/10

4ª REUNIÓN 2010 Club de Lectura "La Torre"

Día: sábado 22 de mayo de 2010
Hora: 12:00
Número de asistentes: 2 hombres y 8 mujeres.
Lugar: Btca. Joan Churat i Saurí
Lectura: El buscón. Francisco de Quevedo.

Primero.- La reunión empezó con una breve introducción a la biografía del autor y su obra, por la Técnico de la Biblioteca.
Segundo.- Seguidamente, se pasó a comentar los aspectos más destacados de la obra.

1. Localización. La novela pertenece al subgénero de la picaresca, iniciado en 1554 con el Lazarillo de Tormes.
Es obra de juventud, que vendría a situarse en la segunda etapa de evolución del género picaresco (1605-1620 aprox.).
La datación de la obra es controvertida. Se coloca entre 1603 y 1620. Las referencias históricas internas no son demasiado precisas. Por la frecuencia de detalles que remiten a los años de 1603-1604, éstas parecen ser las fechas más probables de la redacción de la novela.
2. Asunto. Don Pablos, hijo de ladrón y hechicera, nos cuenta en primera persona su catastrófica existencia, desde su infancia a su encarcelamiento en Sevilla, cuando intentaba huir hacia las Indias.
Es un relato de la peripecia vital del pícaro don Pablos de Segovia, desde su infancia a la proyectada fuga a Indias.
Una serie de aventuras, casi siempre catastróficas para el personaje, que fracasa constantemente en su búsqueda de estabilidad económica y social.
3. Tema. Es una sátira contra la corrupción social del Barroco, y para muchos representa la novela picaresca española.
La picaresca española, el engaño (la hipocresía que domina la sociedad) como forma de vida (nada es lo parece), el intento de ascendencia social (el problema de la movilidad social y la resistencia de los estratos dominantes).
Otros temas: la prostitución, la homosexualidad, la corrupción de la justicia, las referencias irónicas a textos bíblicos o el temor a los castigos de la Inquisición, el hambre, la pobreza y el poder del dinero.
Hay muchas cosas en la novela, además de una portentosa exhibición verbal.
4. Estructura. La novela se estructura en 3 libros, con varios capítulos.
Libro I (7 cap.): infancia en Segovia y vida universitaria en Alcalá de Henares. Pablos comienza su historia hablando, naturalmente, de sus padres.
A continuación refiere su paso por la escuela, que termina en una batalla “nabal”, afrentado y molido.
Después entra en el pupilaje del dómine Cabra, con quien está a punto de morir de hambre.
Tras esto, se marcha definitivamente de su casa y pone rumbo a Alcalá de Henares, donde sufre las novatadas más repugnantes y asquerosas. Durante su estancia en la villa universitaria empieza su vida auténtica de pícaro, y se vale de mil tretas para comer y para hacerse famoso entre los otros maleantes.
El Libro I termina con la carta que le envía su tío desde Segovia comunicándole la muerte de su padre y diciéndole que vuelva a recoger su herencia.
Libro II (6 cap.): regreso a Segovia, para cobrar su herencia y salida hacia la Corte (Madrid)
Empieza con sus encuentros durante el viaje de regreso con diferentes personajes.
A su llegada a Segovia se hospeda con su tío, y se vuelve a ir en cuanto cobra la herencia, renegando de sus indignos parientes.
Camino de Madrid se encuentra con un hidalgo rico sólo en apellidos, que le enseña los secretos de la vida buscona en la Corte y los medios para vivir sin trabajar.
Libro III (10 cap.): vida en la Corte, donde ejerce los más variados oficios (hidalgo pobre, reo de prisión, galán de ricas doncellas, mendigo), y viaje hacia Toledo (cómico), finalizando en Sevilla para huir a las Indias.
Empieza su vida de Buscón, viviendo con un grupo de hidalgos.
Van a parar a la prisión (retrato terrorífico del mundo carcelario, de la corrupción de la justicia). Pablos se salva gracias a sobornos.
Después intenta casarse con una joven que resulta ser prima de su antiguo amo don Diego Coronel, y una vez más, su intento de medrar en la escala social es castigado con palos y una nueva humillación.
Empieza su vida como mendigo, muy productiva, y después decide marcharse a Toledo, uniéndose a una compañía de cómicos (lo que le sirve a Quevedo para burlarse de algunas de las convenciones literarias de la época).
Finaliza en Sevilla, entrando en el mundo del hampa al matar a dos corchetes de la Justicia, viéndose obligado a huir a América.
Aunque algunos autores han querido ver una estructura muy bien trabada, la apariencia es justamente la contraria. Quevedo no hizo ningún esfuerzo por dotar al texto de gran coherencia, más bien se deja llevar por el deseo de causar un efecto continuo de sorpresa sobre el lector. Incluso llegó a insertar textos que ya tenía escritos anteriormente, como la “Premática contra poetas güeros, chirles y hebenes”, que por otra parte era bastante habitual (lo hizo Cervantes en el Quijote insertando una novelita corta independiente El curioso impertinente).
Así, en ocasiones, Quevedo utiliza a su protagonista como un simple hilo conductor que le permite caricaturizar a diferentes tipos de la España de su tiempo.
Pero, quizá, la mayor incongruencia de todas sea que no se dé razón en ningún momento del motivo que impulsa a Pablos a contar su vergonzosa historia, sobre todo si se tienen en cuenta todos sus esfuerzos por ocultar sus orígenes y su afán reiterado de llegar a “ser caballero”.
5. Personajes.
Pablos El Buscón, que no siente ningún afecto por sus padres ni por su tío el verdugo. Sólo está interesado en cobrar su herencia. Tampoco alberga ningún sentimiento de lealtad o amistad hacia su amo don Diego o hacia la cofradía de buscones en la que es admitido, y cuando va a la cárcel se desentiende completamente de ellos atento a salvar exclusivamente su pellejo (por otro lado, son relaciones establecidas desde el comienzo en el interés, porque el les había dado dinero antes). En cuanto a las relaciones con las mujeres, sólo las quiere para acostarse con ellas o para intentar un matrimonio ventajoso.
El rasgo que lo caracteriza es el ingenio, que se agudiza por el aprendizaje a través (generalmente) de episodios violentos que despiertan la astucia maliciosa del personaje, enfrentado a un ambiente hostil.
Otros personajes: Don Diego Coronel, Dómine Cabra, el hidalgo Toribio Rodríguez Vallejo Gómez de Ampuero y Jordán y sus “colegas”, entre otros.
Quevedo retrata a sus personajes con crueldad. Es difícil encontrar otra narración en que se dé un mayor distanciamiento entre el autor y sus personajes.
Descripciones deformadas y grotescas, muy minuciosas. Se trata de una humanidad animalizada.
A lo largo de todo el texto no encontramos ni un elemento de ternura, de amistad desinteresada, de compasión. Es todo sucio y soez, oscuro y maloliente, cruel y despiadado, de una fría crueldad.
Ofrece un catálogo de personajes muy variado, prototipos de la España del XVIII, que conforman un mundo de locos, inmorales y corrompidos: conversos, moriscos, homosexuales, malos poetas, falsos soldados, falsos ermitaños, rufianes de todo tipo, hidalgos venidos a menos, curas, cómicos, escribanos, prostitutas, estudiantes, alcahuetas...
6. Forma. La novela picaresca española (1), narrada siempre desde una perspectiva autobiográfica, en primera persona, en la que un “yo” de clase social baja relata sus antecedentes familiares, su vida pasada, y su duro proceso de aprendizaje y supervivencia. Este punto de vista permite al narrador un enfoque subjetivo, que justifica la conducta del personaje.
Abundan los chistes irreverentes y referencias constantes a las funciones fisiológicas más bajas.
Obra satírica, tiene un lenguaje complicado, utiliza los refranes y dichos populares, jergas de diferentes clases (desde la germanía de los rufianes hasta tecnicismos de esgrima), etc.; todo ello hace difícil la lectura sin la atención constante a las notas al pie de página. Además, la novela está llena de equívocos, que permiten al autor innumerables chistes.
También recurre frecuentemente al uso de la hipérbole o exageración, sobre todo en las descripciones con propósito caricaturizador; además, usa metáforas cosificadoras (Domine Cabra era un clérigo cerbatana, con las manos como un manojo de sarmientos cada una. Mirado de medio abajo parecía tenedor o compás...) y animalizadoras (dice de Domine Cabra, el gaznate largo como de avestruz).
En general, usa juegos lingüísticos no demasiado fáciles, para conseguir efectos inesperados.
Hace descripciones carnavalescas, como el banquete grotesco en casa del tío verdugo.

(1) cuyos representantes máximos son el Lazarillo y Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán
7. Conclusiones.
- Pablos huye de su familia por vergüenza
- Pablos podría haber sacado partido de su formación en Alcalá y de la herencia que cobró de sus padres. Su obstinación en vivir sin trabajar hace que a lo largo de la novela se repitan, con variaciones, los momentos de aprendizaje y de mala suerte sin que nunca se avance. Es como si Quevedo hubiera decidido de antemano que su personaje estaba destinado a ser un truhán desde la cuna, por el determinismo implacable que ya se traza en sus antecedentes familiares, y termina con esta sentencia “pues nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar, y no de vida y costumbres”.
- Para algunos críticos es una obra de juventud, que no presenta ningún propósito moral, sino un alarde de capacidad estilística, sin ninguna otra pretensión didáctica; para otros, sin embargo, sería una obra de madurez, por la experiencia de la vida que en ella se plasma, y encuentran en ella una finalidad de servir de ejemplo para los lectores, mostrando comportamientos que han de ser evitados para lograr cierto ideal de conducta (lo que encuentra su apoyo en la sentencia adoctrinadora con la que concluye la historia, tan al gusto del teatro de la misma época).
Fuera o no concebida con un propósito moral, lo que parece claro es el prejuicio clasista de Quevedo, que ridiculiza continuamente a su personaje cuando intenta ascender socialmente. Cuando se mueve en la esfera que le corresponde, la de los pícaros y rufianes, todo le va bien, aunque robe, blasfeme, engañe o incluso mate. El problema surge cuando quiere entrar en un mundo que no es el suyo, entonces Quevedo disfruta humillándole (es despiadado con sus personajes).
- El dinero es la llave que abre todas las puertas. Esto es una crítica del autor hacia aquellos que trepaban socialmente sin ser de origen noble, porque podían comprar ejecutorias de limpieza de sangre (moriscos y judíos, generalmente).
- Es el portavoz de una España que, como don Quijote, cada vez confundía más lo aparente y lo real, lo trágico y lo cómico.
- Visión del mundo marcada por el desengaño.
- Antisemitismo, que refleja un problema sociopolítico concreto: el ennoblecimiento de los cristianos nuevos.
8. Opiniones personales. La lectura sirvió, una vez más, para adentrarnos en la forma de pensar de otra época histórica, en este caso el Barroco, y toda la crisis de valores que vivía la sociedad.
Aunque a algunos no les pareció una lectura amena, les interesó todo lo que se podía llegar a entender de un momento histórico, a través de ella.
El lenguaje clásico español, con la riqueza de jergas y refranes de la época, por si sólo, merecía la pena la lectura realizada. Pudimos ver que algunos giros y formas verbales son las que se siguen utilizando actualmente en otros países, como Argentina.
El despreciable protagonista nos pareció la personificación de la falta de valores de la España del XVII, que se movía por las falsas apariencias. Muchas de estas características han pervivido hasta el siglo XX y XXI, y podría verse algún paralelismo con una época tan cercana a nosotros como la del boom urbanístico o falsa bonanza económica del 2000.

Tercero.- Para terminar la reunión se repartió la siguiente lectura, “Werther” de Goethe, al mismo tiempo que la Técnico de la Biblioteca hizo una pequeña introducción a la figura del autor y al marco histórico, cultural y social de la obra.
Cuarto.- Se cerró la sesión emplazando a los miembros del Club de Lectura “La Torre” a la siguiente reunión.

Valencia, 22 de mayo de 2010.

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