19/10/12

6ª Reunión CL "La Torre": 1984



El Viernes 19 de octubre tuvimos la última reunión del año 2012 del Club de Lectura en la Biblioteca "La Torre".

Esta vez nuestra lectura compartida fue "1984" de George Orwell.

Comenzó la reunión con un repaso a la figura del escritor británico, nacido en la India el 25 de junio de 1903, a principios del siglo XX, y retornado a Inglaterra al poco de su nacimiento. 

Este escritor, formado en el prestigioso colegio de Eton, gracias a una beca de estudios, tuvo como profesor de francés durante un curso al mismo Aldous Huxley. Vivió en París y Londres en condiciones de extrema pobreza, se alistó como miliciano del POUM en la guerra civil española, luchando en el frente de Aragón durante 1937, hasta que fue herido. Se casó dos veces, una un poco antes de su muerte en 1950. Escribió sobre la pobreza, los mineros ingleses, sus experiencias en el frente republicano español. Trabajó como policía imperial en Birmania, maestro de escuela, asistente en una tienda de libros de segunda mano, escritor, periodista. De tendencia izquierdista. Se declaraba influido por Jack London, y admiraba a Charles Dickens, Herman Melville y Jonathan Swift.

"1984" fue escrita en 1948 y publicada el 8 de Junio de 1949, tan sólo unos meses antes de su muerte (21 enero de 1950). Fue un éxito de ventas, y se la considera como una de las obras cumbre de la trilogía de las distopías de principios del siglo XX (también clasificadas como de ciencia ficción distópica): Un mundo feliz (1933) de Aldous Huxley, y Fahrenheit 451 (1953) de Ray Bradbury.
Después de la Segunda Guerra Mundial la Unión Soviética parecía haber salvado la democracia en el mundo frente al fascismo internacional. El inicio de la guerra fría da lugar a una lucha de bloques que, con la irrupción de la China comunista, conforma un panorama internacional inquietante.

Describe una sociedad dividida en tres grandes potencias (Oceanía, Eurasia y Asia Oriental), en guerra. Además, hay diversas zonas del mundo que están siendo disputadas entre las diversas superpotencias. La acción se desarrolla en Londres, que está en Oceanía, que comprende todo el mundo anglosajón más sus colonias. El poder se concentra en las manos de un partido único (INGSOC, Socialismo inglés), que ejerce un control asfixiante sobre las personas, a través de la Policía del Pensamiento. El jefe supremo es El Gran Hermano, que todo lo ve, todo lo oye y todo lo dispone. Por debajo de él están los miembros del Partido Interior, los funcionarios y los proles (por este orden). Un hombre llamado Winston Smith intentará rebelarse contra ese control, manipulación y autoritarismo. Smith trabaja en el Ministerio de la Verdad. Su cometido se limita a escribir la historia de manera que siempre coincida con los intereses y predicciones del partido, así como a hacer desaparecer de los diarios, archivos, etc... los nombres de las personas molestas. Progresivamente se rebela contra la vida que le han obligado a llevar, y con toda clase de precauciones, intenta conservar un diario donde escribe sus dudas, sus pensamientos y sus sentimientos.

Trata el tema del poder absoluto, que se ejerce a través del control social, la dictadura, el falseamiento de la realidad y la violencia.
Control social: El sistema político presentado por Orwell está encaminado a alienar al individuo, a hacerlo incapaz de pensar por si mismo. Es una sociedad cerrada a cualquier influencia exterior, por medio de la guerra, el estado policial, la propaganda, el control de los medios de comunicación (Miniver). Hay un lavado de cerebro permanente de las masas: la historia empieza con el Gran Hermano, omnipresente y todopoderoso. Cualquiera puede delatarte, todos son tus enemigos, estás sólo e indefenso. El control social genera miedo, el miedo consolida el poder del que lo ejerce. 
El lenguaje y la manipulación del pasado (la Historia) son otras formas de contral social, con efectos directos sobre el pensamiento o las mentes de las personas. 
Dictadura: la opinión pública no existe. El Estado no tiene que rendir cuentas ante nadie, quedan suprimidos los derechos humanos y las libertades individuales. 
Falseamiento de la realidad: para que un sistema autoritario funcione, hay que acabar con la disidencia (el crimental es el mayor delito). Hay que manipular el pasado, para controlar el presente, y de esta manera controlar el futuro. La disidencia suele recurrir a factores históricos. Si se manipulan y adulteran los documentos históricos, incluso con su destrucción y sustitución por otros nuevos falsos, se elimina el problema. Se borra la memoria para siempre, imponiéndose una única verdad. Una persona incómoda para el régimen, un culpable confeso de crimental (pues el crimental siempre conlleva una confesión de culpabilidad), será anulado como persona; primero, se le despojará de su personalidad y más tarde será vaporizado, será una nopersona. No será. No habrá sido nunca. El pasado, en perpetuo movimiento, dará lugar a un futuro inmóvil, en el que no quepa la disidencia, porque ya no existirá palabra para la disidencia. El lenguaje (neolengua) modelará la mentalidad de los hombres y mujeres, en la misma medida que la manipulación de la Historia. Con el control de la realidad, el tiempo deja de existir (Winston elige 1984 como fecha para comenzar su diario por aproximación, no porque le conste). Pero, como el presente produce un pasado constante, el control del tiempo nunca puede ser perfecto. Sigue existiendo el peligro del libre pensamiento, y sólo con la violencia se podrá erradicar el germen del individualismo. 
Violencia: el Estado debe ejercer la coerción para asegurarse el cumplimiento de las leyes. Esto es aplicable a cualquier tipo de Estado, sea totalitario o democrático. Sólo el nivel en que se ejerce esa coerción determina el tipo de régimen político. Un Estado en el que priman los mecanismos violentos de coerción es un Estado totalitario. El Gran Hermano parece un dios bíblico, ejerciendo su castigo a través del Minimor. Violencia física y psicológica para moldear mentes y perpetuar el terror y la opresión con el beneplácito y firme adhesión y convicción de los ciudadanos oprimidos. Orwell temía la posibilidad de una dictadura casi mundial, capaz de manipular los medios de comunicación y anular la voluntad y la memoria de los ciudadanos, y 1984 es una advertencia.

La novela se estructura en tres partes, con una estructural lineal y cronológica.
Parte Primera: presenta a los personajes principales y el tipo de sociedad en la que viven. Conocemos al protagonista, Winston Smith, y como se siente en el mundo en el que vive, su pasado y su presente, su angustia vital, sus deseos de acción, su sensación de soledad y las personas que lo rodean. 
Parte Segunda: relata la relación entre Winston y Julia, que es una relación trasgresora e “ilícita”, pues disfrutan del sexo y el amor, que están prohibidos. Winston, al sentirse acompañado, decide ir más allá en su rebeldía y arriesgarse a entrar en la Hermandad para intentar cambiar las cosas. Le sigue Julia.Esta segunda parte termina con el apresamiento de los dos. 
Parte Tercera: muestra con todo detalle el aparato represor del Estado. Describe todo el proceso de lavado de cerebro, por medio de la tortura física y psicológica, con la finalidad de rehabilitar al personaje para que muera amando al sistema, y no como un mártir (causa por la que fracasan los regímenes totalitarios).

Los personajes principales son: 

  • El Gran Hermano/Goldstein. No realiza apariciones en público. Es glorificado, es líder. El caudillo que proporcionó todos los adelantos científicos y técnicos. Es el padre, es el dios. Nadie recuerda haberlo visto en persona, en qué momento apareció en la vida pública. No tiene un origen definido. Goldstein y el Gran Hermano se necesitan mutuamente: no existe el bien sin el mal. Pueden ser la misma persona o ninguna.
  • Winston Smith. Personaje principal de la novela. Es cerebral y melancólico. Recuerda de forma insistente el pasado, pues en su trabajo lo destruye sistemáticamente para que responda a las expectativas del Partido y sirva a la propaganda oficial. Trabaja en el Miniver (Ministerio de la Verdad), encargado de reescribir el pasado y eliminar documentos escritos y gráficos del Times. Es un hombre solitario, separado de su esposa, que intenta rebelarse contra el sistema, iniciando una relación sexual por amor y placer, escribiendo un diario...
  •  Julia. Es una joven de la Liga Antisexo, que trabaja en el Ministerio de Novela, escribiendo novelitas pornográficas para los proles. Julia parece muy revolucionaria, pero en realidad no lo es tanto. Infringe las normas sólo de forma individual, pero le da igual el resto de crímenes del Partido y si hay o no un grupo organizado en contra de este. Va a hablar con O’Brien solo por seguir a Winston.
  • O’Brien. Es un miembro del Partido Interior, corpulento, con cuello ancho y rostro basto, brutal y sin embargo rebosante de buen humor. Sus modales son agradables. Winston cree que O’Brien comparte sus opiniones, incluso ha soñado que O’Brien le decía: “nos encontraremos en el sitio donde no hay oscuridad”. Finalmente es O’Brien quien entra en contacto con Winston y le cuenta todo lo referente a la Hermandad, ya que él y Julia van a formar parte de ella. Pero finalmente resulta ser una trampa y O’Brien, que en realidad pertenece a la Policía del Pensamiento, se convierte en el torturador de Winston. O’Brien cree ciegamente en las normas del Ingsoc, y por eso aunque tiene pruebas de los crímenes cometidos por el Partido, lo olvida mediante el doblepensar.
  • Los proles. Es como se llama a los proletarios, clase obrera. Es la gente corriente, que sigue viviendo más o menos como siempre, con su estructura familiar. Se les tolera esta forma de vida porque no tienen cultura y no son peligrosos para el Partido. No son capaces de analizar el mundo en el que viven. Se limitan a trabajar y sobrevivir. Gentes que nunca habían aprendido a pensar, pero que almacenaban en sus corazones, en sus vientres y en sus músculos la energía que en el futuro habría de cambiar el mundo. ¡Si había alguna esperanza, radicaba en los proles!
  • Otros personajes: Emmanuel Goldstein (el Enemigo), el Señor Charrington (el anticuario), los Parsons y sus hijos (los vecinos), Syme (el intelectual). 

Es una «sátira feroz» contra «la corrupción moral del poder absoluto».
Esta especulación política o en forma de novela distópica, utiliza una prosa que combina su fluidez aparentemente cristalina con una mordacidad extraordinariamente eficaz para la polémica política. Desarrolla una trama muy sencilla, con unos personajes bien definidos, y aunque recurre a la descripción de gran número de detalles no pierde la fluidez del discurso. 
Presenta la historia de manera cronológica y lineal, hay una progresión continua que mantiene la atención del lector constante, terminando cada una de las partes de la novela (3) con un interés por su continuidad y final. 

Conclusiones y opinión personal  
Es la historia de la resistencia de un individuo a ser absorbido por todo un sistema. 
1984 presenta una extrapolación de prácticas de la Unión Soviética y del Fascismo, además de experiencias de Orwell en la Guerra Civil Española.
La “reescritura del pasado” era práctica habitual en la Unión Soviética, el Gran Hermano es una copia (hasta en los detalles físicos del personaje) del culto a la personalidad de Stalin, Emmanuel Goldstein está inspirado en Trotsky (el verdadero apellido era Bronstein), y la persecución al trotskismo en la Unión Soviética inspira los “dos minutos de odio” en la novela.  El uniforme negro que usan los miembros del Partido Interior recuerda al de las SS alemanas, y el azul al de la Falange española.
Se podría catalogar la novela como una obra anticomunista, pero es inexacto. Orwell traza un mapa geopolítico en el que tienen cabida tres totalitarismos. China cayó bajo el comunismo en 1949, con Mao Zedong (todavía en vida de Orwell), y sería “Asia Oriental”; la Unión Soviética, superpotencia mundial desde que en 1945 venció al nazismo de Hitler y se hiciera con el control de Europa Oriental desde 1949, sería “Eurasia”; “Oceanía” es el resultado de la absorción por parte de los E.U.A de todos los países de habla inglesa (Canadá, Gran Bretaña, Suráfrica, Australia y Nueva Zelanda), más sus colonias. El autoritarismo del Gran Hermano es asimilable no sólo al estalinismo sino también al nazismo o cualquier forma de fascismo. Su antisemitismo (Goldstein es un apellido judío) puede ser tan propio de un nazi alemán como de un comunista soviético o de un ultrarrepublicano estadounidense o un tory británico.
No se puede identificar con ningún totalitarismo existente en el momento de redacción de la novela. Es una extrapolación de lo que podría ser un comunismo o un fascismo a la anglosajona. Orwell está criticando todos los tipos de totalitarismo. Su crítica es de carácter universal. Nos advierte en contra de todos los mecanismos de manipulación de masas.
Gran Hermano/Stalin-Goldstein/Trotski. Sabemos que el trotskismo no influyó en la lucha interna contra el estalinismo. Había otras fuerzas (religiosas, nacionalistas, cívicas) que, indiscutiblemente apoyadas desde el exterior (por el Vaticano, Irán y los Estados Unidos), encabezaron la democratización e independencia de las repúblicas que componían a la URSS. Pero en ningún momento hubo ningún partido trotskista que interviniese de forma directa en este proceso. Y, sin embargo, durante muchos años la propaganda oficial estalinista se encargó de culpar a Trotski, al traidor, de todos los males.Orwell no vivió par ver este proceso, pero la lógica planteada en 1984 es la misma.
1984 presenta, además, todos aquellos medios mediante los cuales un sistema intenta controlar a sus ciudadanos. Por una parte, está la neolengua: una lengua híbrida, donde desaparecen sistemáticamente palabras que puedan inducir a un pensamiento contrario a los intereses del Gran Hermano y se crean nuevas que definan sus intereses. El lavado de cerebro, el lenguaje, la psicología y la inventiva encaminados al control fisico y mental de los individuos, la educación totalitaria de la juventud (los niños son educados para espiar a sus padres e informar, con el sistema de control de los antiguos países del este europeo, para luego convertirse en ciudadanos adaptados al sistema); todo vale en un estado donde el Partido Único es el único partido y su misión, perpetuarse en el poder. No tiene otro objetivo.
En la España franquista Mil novecientos ochenta y cuatro, así como los demás libros de Orwell, estuvieron sometidos a la presión de la situación política: por un lado, el régimen consideró siempre interesante permitir la publicación de un autor crítico con el comunismo, pero, por otro lado, no se podían exagerar las simpatías hacia alguien que había luchado activamente contra Franco durante la guerra civil. Así, la censura permitió la rápida publicación de la novela (en 1952), pero tardó, en cambio, veinte años en permitir la publicación de Homenaje a Cataluña, que sólo apareció en versión censurada en 1970. La primera edición peninsular íntegra, en castellano, se publicó en el año 2003 coincidiendo con el centenario del autor, veintiocho años después de la muerte de Franco. Si Orwell ha sido siempre un escritor incómodo por su capacidad de expresar verdades «inoportunas», en el caso de España y para muchas generaciones de intelectuales antifranquistas, la recepción de sus obras ha sido especialmente compleja, siempre marcada por el evidente papel primordial del partido comunista en la articulación de la oposición al dictador. 

¿Qué hay de 1984 en nuestro mundo actual? 
Parece ser que mucho más de lo que quisiéramos. El control social hoy ha mutado, pero sigue siendo fuerte. A través del recorte de nuestros derechos civiles para garantizar la libertad de los ciudadanos frente a las amenzas de terrorismo internacional, por ejemplo. El Gran Hermano no es un partido político o una persona, es el Estado mismo, a través del Ministerio de Hacienda, la Agencia Estatal de Protección de Datos, el Ministerio de Sanidad, el de Trabajo... que saben nuestros ingresos y gastos, nuestras enfermedades, altas y bajas laborales, nuestros cambios de domicilio, entradas y salidas del país...También existe la manipulación informativa, el doblepensar practicado por los políticos.

La reunión termino con el reparto de El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas de Haruki Murakami, con la que finalizaremos el Programa 2012 "Malas Calles", excepcionalmente, en Enero de 2013. La razón de atrasar la siguiente reunión es debida a que se trata de la lectura de dos relatos que se intercalan en la narración capítulo a capítulo.