13/10/09

Sesión del Club de Lectura viernes 2 octubre 2009

6ª REUNIÓN 2009 CLUB DE LECTURA “LA TORRE”

Día: viernes 2 octubre de 2009
Hora: 18:30
Número de asistentes: 4 hombres y 14 mujeres.
Lugar: Btca. Maria Beneyto
Lectura: El planeta americano. Vicente Verdú.

Primero.- La reunión empezó con una breve introducción a la biografía del autor y su obra, por la Técnico de la Biblioteca.

Segundo.- Seguidamente, se pasó a comentar algunos de los temas tratados por el autor en su obra.
1.-Localización.
Se empezó localizando la obra en el tiempo y en el espacio, para lo cual se hizo referencia a la propia introducción del autor.
Es un ensayo sociológico escrito en 1995, resultado de las impresiones del autor tras tres años de estancia en EE.UU, según cuenta en la introducción.
Por tanto, dentro del contexto socioeconómico de los 90, antes del 11S, de Bush y de la última crisis.

2.-Asunto.
El autor intenta analizar la sociedad norteamericana y lo norteamericano, estructurando el ensayo en 12 capítulos que tratan los temas que, según él, más definen ese país, como el sentimiento patriótico, dios, el dinero, el miedo y la violencia, la grandiosidad/obscenidad…

3.-Tema.
El tema del que trata el ensayo es lo americano, como un producto, que se vende más allá de las fronteras de su propio país. Que se vende, además, muy bien, a pesar (siempre según el autor) de la pésima calidad del producto.
Por otra parte, se hace un análisis de lo americano con una intencionalidad muy clara, mover un sentimiento de rechazo en el lector al que se dirige (el español), para que luche contra la americanización del planeta, la “aldea global”.
Respecto al tema principal o general de la obra, se comentó el tratamiento dado por el autor al término “lo americano”, identificándolo exclusivamente con “lo estadounidense”. Al formar parte del Club algunos miembros americanos, del Sur y Centro del continente americano, se les invitó a opinar sobre ello.
Para la mayoría de los miembros argentinos del club era algo normal la referencia a EE.UU como “lo americano”, pues según ellos, no se sentían identificados como americanos sino como “latinoamericanos”, y la miembro centroamericana del Club si lo encontraba un poco chocante, pues según ella, los centroamericanos se sienten americanos. Luego, explicó esto más detalladamente en el Blog.
4.-Estructura.
Se estructura en 12 capítulos y una introducción.
La introducción es muy importante para comprender el sentido de un ensayo tan poco científico, que si bien aporta algunos datos objetivos siempre aparecen manipulados por la subjetividad del autor, para llevar al lector a sus propias conclusiones (las del autor).
En la introducción reconoce que “este libro es el resultado de “impresiones…”, “el texto que ahora he conseguido redactar es un benévolo desquite de aquella frustración romántica e intelectual tras los dos últimos años que pasé en Filadelfia”, “tampoco este libro aspira a la objetividad…”, “De las misma manera que me ví envuelto en una emoción, el texto que sigue es también apasionado y de un sujeto sujeto a un punto de vista.” Y, por último manifiesta a dónde quiere llegar: “…vindicar: no llegar a ser fatalmente una parodia del planeta americano.”
En la reunión se trataron algunos de los temas expuestos en la obra.
Se empezó con el tema El orgullo americano.
Trata sobre el sentimiento patriótico, equivalente a los nacionalismos. Lo define como algo abstracto que se manifiesta en cosas sencillas, como la proliferación de la bandera en todo tipo de edificios y objetos. Para Verdú los norteamericanos no ven con claridad los límites de su país ni de su cultura, que en su imparable expansión comercial acaba engullendo todo lo extranjero, o lo que es lo mismo, lo extranjero acaba siendo convertido en norteamericano. Al norteamericano no le interesa lo extranjero, según Verdú. Para el autor, el pueblo norteamericano tiene un fuerte sentimiento de hogar, de deseo del hogar, de encerrarse en sí mismo. Tal vez porque el hogar, siempre según el autor, no existe en EE.UU, pues es un país de familias desestructuradas e individuos obsesionados por el trabajo.
En este aspecto habría que reflexionar sobre los distintos significados que pueden tener las palabras hogar, familia, más allá de los tradicionales de la cultura cristiana.
Habla también del localismo, consecuencia de este orgullo norteamericano y desinterés por lo extranjero. Pero, al mismo tiempo reconoce que en EE.UU no está tan clara la diferencia entre norteamericano y extranjero, porque todos son al mismo tiempo norteamericanos y emigrantes.
Algunos datos interesantes aportados son sobre porcentajes de población en 1990: la mayor parte de origen alemán, luego irlandés, inglés, africano, italiano, mexicano y francés.
Después de todo esto es fácil de entender que no tengan una idea clara de sus límites geográficos, pues en las escuelas se pueden encontrar más de 100 culturas diferentes.
Una de las miembros del Club aportó la definición de Nación, según la R.A.E, para tratar de aclarar algunas dudas sobre el tema, también diferenciarlo de patria y estado.
nación.
(Del lat. natĭo, -ōnis).
1. f. Conjunto de los habitantes de un país regido por el mismo gobierno.
2. f. Territorio de ese país.
3. f. Conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común.
patria.
(Del lat. patrĭa).
1. f. Tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos.
2. f. Lugar, ciudad o país en que se ha nacido.
Estado
5. m. Conjunto de los órganos de gobierno de un país soberano.
6. m. En el régimen federal, porción de territorio cuyos habitantes se rigen por leyes propias, aunque estén sometidos en ciertos asuntos a las decisiones de un gobierno común.
Después, se comentó el tema de la religión y el sentimiento religioso.
El pueblo norteamericano es profundamente religioso, integrando las prácticas religiosas dentro de la vida pública sin ningún tipo de pudor. Incluso el propio Presidente debe manifestar su fe en Dios y reconocer públicamente que reza, para mostrarse humano y completamente norteamericano. No importa que en su país haya cientos de religiones y ritos. Lo verdaderamente importante para los norteamericanos es tener fe en Dios, sea el que sea.
“El impulso fundacional de la nación estuvo inspirado en el mito de los antiguos israelitas y ésta fue la creencia compartida por los protestantes procedentes de Inglaterra a lo largo del siglo XVII”
Pero este sentimiento religioso norteamericano es muy diferente del católico. Para el norteamericano los triunfadores son los hijos favoritos de Dios y no hay un sentido trágico de la vida, “Dios bendice a América; no atenta contra ella. Dios es bondadoso, simple, estimulante. Y en último extremo imprescindible para ser rico y feliz.”
Es decir, que para ellos el amor a Dios y el amor al dinero es la misma cosa, mezclando la confianza en Dios con la confianza en el éxito de sus empresas.
Se habló también de la doble moral o el puritanismo protestante, su fuerte individualismo.
El tema de la religión se enlazó con el amor al dinero y la soberanía del capital en la sociedad estadounidense.
El respeto por su moneda, el mercado y la economía: “Más que una moneda, el dólar es una enseña heráldica, alta cultura financiera y cultura pop”.
Todo esto se relaciona con el amor al trabajo y la productividad, la importancia de ser eficientes. “Trabajar, ser un triunfador, ganar dinero define la atmósfera de tensión social norteamericana, que no ve en la divagación o el ocio la voluptuosidad latina”.
El norteamericano concibe su país como una tierra de oportunidades, como un gran mercado o una empresa en la que todos individualmente deben aportar algo para el éxito de EE.UU en el mundo y su propio éxito individual (qué espera el mundo de mí?); pues si descubro ese nicho de mercado seré recompensado por una economía que premia siempre las ideas prácticas y cuantificables materialmente. Contribuiré al engrandecimiento de Norteamérica (el orgullo americano), que me gratificará y engrandecerá como a un prócer.
Para Verdú el norteamericano sabe vender, y cree en ello (el amor a Dios, el amor al dinero), pues el comercio se basa en la confianza entre el que da y el que paga. Nunca se piensa en cometer un abuso y aprovecharse del comprador o a la inversa. Siempre está dispuesto a devolver el dinero, porque cree en lo que vende, y lo último que desea es engañar, sobre todo, estando el “sagrado dólar” de por medio.

El autor pone de manifiesto la contradicción entre el espíritu fundacional de la nación, contenido en la Declaración de Independencia, “Todos los hombres han sido creados iguales; han sido dotados por el Creador con el derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad”, y el predominio del individualismo y el poder de la razón económica sobre las demás opciones.
En Norteamérica todo se concibe como un negocio: la cultura, la religión, la política, la familia, la escuela, la comida… En base a esto, el Estado invierte poco en enseñanza, sanidad, atención a los pobres o ancianos. Y, los norteamericanos están de acuerdo en aportar menos impuestos, pues creen ciegamente en las oportunidades del libre mercado y poco en las capacidades gestoras de sus políticos a este nivel (tal vez no estén tan equivocados, si observamos los servicios sanitarios sociales que se ofrecen en algunos países europeos donde el nivel impositivo es muy alto, como España). Habla de las grandes diferencias económicas entre la población más rica y la más pobre en EE.UU, equiparable con los países menos desarrollados (Guinea, Nigeria… por citar algunos).
Está muy extendida la idea de que el pobre es pobre porque es perezoso o incompetente, dentro de una sociedad de mercado que premia el trabajo y la capacidad de vender tus capacidades o aptitudes para la venta, ya sea de una idea, el ejercicio de una profesión o cualquier objeto. Esto conlleva un alto grado de competitividad en la sociedad norteamericana, lo que se refleja claramente en la práctica de los deportes. Y, esta tensión económica que rige la vida norteamericana, que se corresponde con la agresividad de talante empresarial, tiene su contrapartida en la delincuencia y en la violencia.
“No ser triunfador en EE.UU es comparativamente más duro de soportar y al cabo una frustración que ayuda a explicar su alto índice de robos, suicidios y crímenes.”
Para la mayoría de los miembros del club el americano confunde democracia y capitalismo, y va imponiendo su economía de mercado a los demás países, que se limitan a copiar conductas y modelos de vida que nada tienen que ver con las suyas.
Luego, se trató el tema de la violencia (el miedo al crimen y el amor al miedo).
El miedo al crimen habla de la cantidad de armas de fuego que hay en la sociedad americana, de la cotidianeidad de su uso. Que los norteamericanos, debido a su fuerte carácter individualista no confían en la eficacia de un tercero (como el Estado), que les garantice su seguridad, y aunque hay un número muy elevado de policías prefieren estar preparados para defenderse personalmente frente a un ataque. Esto conlleva la desconfianza en sus vecinos, todos pueden ser sospechosos de conductas antisociales.
Respecto al tema de las armas, se habló en la reunión de la pena de muerte, y otra vez de la doble moral.
También presenta al norteamericano como un ser que prefiere la fuerte represión y el castigo ejemplar frente a la formación para la reinserción social, en las cárceles (“Más policías, más penas, más cárceles, más contundencia en la represión, antes que más escuelas o más ayudas sociales para facilitar la integración.”).
Por otra parte este miedo al crimen está íntimamente asociado con el amor al miedo, fomentado por los medios de comunicación: el tiroteo, los virus misteriosos y nuevos, la guerra exterior, el terrorismo, la contaminación, el tabaco, el sol, los huracanes…donde la vida misma se confunde o asimila con la ficción cinematográfica, porque en EE.UU todo es espectáculo y negocio.
El amor al miedo trata de explicar que el miedo ha pasado a convertirse en un artículo más de consumo, a través del formato televisivo, que busca conseguir la máxima audiencia dando prioridad a los temas de sucesos en los telediarios, por ejemplo.
Los temas relacionados con el miedo son los que más interesan, lo que se ve claramente en la estructura de los informativos, que se organizan en tres temas básicos: lo general, donde el crimen ocupa el minutaje más largo, el deporte y el tiempo (el miedo a las catástrofes naturales: huracanes, terremotos, alergias…).
Se trata de que el norteamericano se mantenga excitado el mayor tiempo posible, o bien por el espectáculo del crimen o la tensión deportiva o la predicción meteorológica. Tal vez para que aumente su consumo, alentado por el miedo, y compre armas con las que defenderse, máquinas para hacer deporte en casa frente al televisor, medicamentos para las alergias…
Los miembros del Club opinaron que la violencia es consecuencia de la fuerte competitividad, instalada en la sociedad americana desde los primeros años de escolarización. También que una población temerosa es más fácil de manipular (en la época medieval europea era la Iglesia la que mantenía atemorizada al pueblo).
se trató el tema de los intelectuales
Después se trató el tema de los intelectuales, la investigación y el desarrollo.
En el capítulo titulado El odio a los intelectuales, Verdú expone la sencillez del pueblo norteamericano y su forma de pensar y reflexionar, siempre dirigida a objetivos prácticos y concretos, y al mismo tiempo, amenizada por datos individuales y personales, que lleven la atención de lo particular a lo general, a través de la ironía y el chiste. Esto se ve claramente no sólo en cualquier ensayo, ya trate de física nuclear como de recetas de cocina, sino también en la forma de actuar de sus políticos y dirigentes.
“Ser espontáneo y mostrar buen humor, tomar lo serio sin retórica ni solemnidad, hablar de lo general a través de lo particular, y desde luego, jugar con el humor son las condiciones que cualquier comunicador debe cumplir si pretende la adhesión del público.”
En EE.UU no hay intelectuales al uso europeo, son más bien comunicadores de ideas o descubrimientos. Esta forma de valorar lo científico (dirigir sus esfuerzos de investigación hacia objetivos prácticos) les ha llevado a convertirse en la primera potencia mundial en desarrollo económico en nada más que un siglo, pues a finales del siglo XIX estaban muy por detrás de Europa.
“Simplemente: los norteamericanos son no intelectuales. El empirismo, la tecnología son norteamericanos, mientras la especulación y el juego con las ideas se tienen por una pasión europea que conduce, supuestamente, al declive.”
La investigación y los investigadores trabajan siempre bajo una disciplina de empresa. Deben ser útiles para la producción, para el progreso tangible. Todo esto choca con el sentido de la palabra intelectual europea, el cual está siempre haciéndose preguntas y planteándose nuevas incertidumbres en sus investigaciones, lo que para los norteamericanos sería irritante, e inconsentible esta manera de gastar el tiempo y el dinero.
Termina el capítulo relacionándolo con la educación norteamericana, que forma a los jóvenes en saberes prácticos para que desarrollen un pensamiento concreto no intelectual (vago e impreciso).
Finalmente, se hicieron algunas breves referencias a otros temas tratados por el autor, como la generación sin padres, las edge cities, el gusto por lo obsceno, el cibercapitalismo…

5.-Forma.
La forma literaria empleada por el autor es el ensayo divulgativo. Expone con un lenguaje sencillo y directo sus impresiones y opiniones respecto al tema de lo americano. Utiliza a menudo la ironía (al estilo norteamericano que critica), para acercarse al lector y hacerlo cómplice de su punto de vista. También emplea, según el modelo televisivo de algunas series norteamericanas, el método de introducir el capítulo siguiente al llegar a las conclusiones del anterior, para atrapar el interés del lector por lo que vendrá.
El autor trata de crear en el lector una toma de postura frente a lo americano, la aldea global, la americanización del planeta; trata de crear una postura de rechazo, para provocar una reacción de lucha y oposición. Pero, no ofrece ideas ni alternativas. Es una crítica más bien destructiva.
Utiliza algunos datos estadísticos, pero nunca con una postura crítica objetiva, sino para apoyar su punto de vista.
Llama la atención la constante referencia a lo americano y no a lo norteamericano, que sería lo correcto. Pues lo americano sería más diverso incluso que lo europeo, ya que engloba a muchos países de América Central y del Sur, algunos muy subdesarrollados económicamente y con unas culturas y unas historias muy diferentes.
La forma de tratar el tema es totalmente subjetiva, como el propio autor adelanta en la introducción.

6.-Conclusiones.
Parece que el autor consigue plenamente su objetivo con esta obra, pues la mayoría de los miembros del club se mostraron totalmente de acuerdo en el rechazo unánime a lo americano, como culturalmente inferior a lo europeo.
La conclusión mayoritaria es que se copia lo americano, sin plantearse muy bien por qué se copia. Esto lleva al lector a un sentimiento de invasión por lo americano, sin cuestionarse que nadie le está obligando a hacer nada, sino que incluso le está costando dinero.

Tercero.- Terminado el comentario de la lectura, se destinó un tiempo para opinar sobre la programación del próximo año, votando unas obras propuestas.

Cuarto.- Para terminar la reunión se repartió la siguiente lectura, “El extranjero” de Albert Camus, y se emplazó a los miembros para la siguiente reunión, el sábado 7 de noviembre a las 12:00, dando por concluida la reunión.

Valencia, 2 de octubre de 2009.

5/10/09

"El planeta americano" de V. Verdú

Hola!
Espero que hayais disfrutado del verano.
Ahora, con las lluvias del otoño y los días más cortos parece que fue un sueño, un sueño de una noche de verano.
Bueno, ahora nos queda recoger los frutos y las flores que produjo el campo e invitar a los amigos a compartir conversación con té o café y alguna dulce mermelada o un pastel.
De momento, os espero a todos en la Biblioteca Maria Beneyto el viernes a las 18:30 para comentar la última lectura "El planeta americano". Espero que la hayais leido, y si no, ya sabeis que no importa, siempre se puede intervenir. Además, el último cuarto de hora de la sesión lo dedicaremos a comentar las propuestas de programación para el 2010, para dejarla elaborada a final de año.
Y se repartirá la siguiente lectura, "El extranjero" de A. Camus para el 7 de noviembre.
Besitos de Rocío

2/10/09

Comentando "El planeta americano" de V. Verdú

Hola,
Este fin de semana perdimos a una gran persona y artista. Os animo a recordarla escuchando algunas de sus canciones. Lamentablemente, en las bibliotecas municipales no tenemos nada de ella, pero podeis encontrar algo en la Biblioteca Pública Valenciana (C/Hospital), http://portales.gva.es/bpv/web/catalogo.htm
Os mando también este otro enlace de su web oficial www.mercedessosa.com.ar , y en youtube encontrareis algunos videos de sus actuaciones.
Por otra parte, gracias a todos los que participaron el viernes en el comentario de El Planeta Americano. A partir de este momento queda abierto el "Blog El Planeta Americano" para seguir expresando todo aquello que nos aportó la lectura, y quisiéramos compartir con los otros miembros del Club.
Aunque sea una excepción, me gustaría comenzar a mi lanzando una pregunta a Amparo:
Al principio de la reunión se comentó sobre el concepto "lo americano", si nos chocaba la manera de emplearlo por el autor, pues se refería en exclusiva a "lo estadounidense" con este término, que objetivamente debería englobar a todos los países del continente americano. Ni a los españoles ni a los sudamericanos o argentinos, miembros del Club, les pareció extraño su uso con este sentido por el autor. Sin embargo, a mí me resultaba molesta esta forma de usar el término, pues para mi "lo americano" haría referencia a todo el continente, y al usarlo así se estaba descartando la existencia de otros países, muy diversos culturalmente y económicamente. El resultado es que los argentinos no se sienten americanos (¿?), sino "latinoamericanos". Cómo es para un nicaragüense, por ejemplo? rocío.