21/2/17

2017 Febrero
18:00 Viernes 17 
Herejes de Leonardo Padura
Biblioteca Palacio de la Exposición
Padura

Retomamos la buena costumbre de compartir las lecturas, ahora en la Biblioteca del Palacio Exposición, con un nuevo grupo de Club de Lectura.


Herejes es la última novela de Leonardo Padura (La Habana, 1955) publicada por Tusquets en 2013. Es la última de la saga del expolicía Mario Conde (Mantilla, noviembre 2009-marzo 2013).
Leonardo Padura, es un periodista y novelista cubano, galardonado con el Premio Príncipe de Asturias 2015.
Padura estudió Literatura Latinoamericana en la Universidad de La Habana y comenzó su carrera como periodista en 1980. Más tarde se dió a conocer como ensayista y escritor de guiones audiovisuales y novelista.
Su primera novela, Fiebre de caballos, básicamente una historia de amor, la escribió entre 1983 y 1984.

La novela empieza en 1939, cuando el S.S. Saint Louis estuvo fondeado varios días frente a La Habana. En él viajaban 900 judíos que tenían la esperanza de encontrar en Cuba un lugar del que escapar de la barbarie nazi. La familia del niño Daniel Kaminsky, que esperaba en la orilla con su tío Joseph, tenía un as en la manga para conseguir quedarse: un pequeño lienzo de Rembrandt que había pasado de generación en generación y con el que tenían la esperanza de comprar a las autoridades cubanas. Pero nada salió bien, los judíos fueron enviados de regreso a una muerte segura en Europa y el cuadro desapareció.
En 2007, un descendiente de aquellos judíos pide a Mario Conde, ex policía, librero y a veces detective, que aclare qué ha pasado con el lienzo, que aparece en una subasta en Londres.

Herejes es una novela sobre el dolor. El de la pérdida de los seres queridos, el de la pérdida de la esperanza, de las ilusiones. El dolor del desarraigo, de la frustración por no poder ser lo que se quiere.
Un relato del dolor de los judíos a lo largo de los siglos, de la desesperación de los cubanos, de la avaricia y la desdicha.
Trata sobre un conjunto de seres que luchan contra la dictadura en todas sus formas, que buscan la libertad individual por encima de cualquier cosa.

Se trata de una obra compleja, con saltos temporales, de la Cuba de la década de los 50, a la de los primeros años revolucionarios, pasando por el Amsterdam del XVII, con su efervescencia pictórica y su tolerancia religiosa. También la Cuba del desencanto de la Revolución, la más actual del 2007-2009.
Tal si se tratase de libros sagrados o de evangelios apócrifos, Herejes se divide en cuatro partes de sonoros nombres: “Libro de Daniel”, “Libro de Elías”, “Libro de Judith” y “Génesis”. El tiempo presente transcurre principalmente en La Habana y se sucede en tres de sus cuatro partes: en la primera, en la tercera y en la cuarta, entre septiembre de 2007 y abril de 2009.
Libro de Daniel. Daniel, el padre del gringo Elías Kaminsky, quien había llegado de Cracovia a Cuba en 1938, vivió en la isla hasta abril de 1958, cuando, intempestivamente, salió de La Habana a Miami junto con su esposa Marta Arnáez.
Libro de Elías. La segunda parte de Herejes, sucede en Ámsterdam, entre 1643 y principios de 1648, y narra lo que concierne a Elías Ambrosius Montalbo de Ávila, un joven sefardí que en contra de los atavismos y prohibiciones del judaísmo, clandestinamente logra, entre sus 17 y 21 años, hacerse sirviente y alumno (y luego colega) del afamado, controvertido y gruñón Rembrandt.
Libro de Judith. La tercera parte de Herejes, ocurre básicamente en La Habana, entre junio y agosto de 2008. Previsiblemente, Mario Conde prosigue inmiscuido en sus devaneos íntimos y domésticos y en sus tareas de comprador-vendedor de libros viejos y particularmente abrumado por la idea de pedirle matrimonio a Tamara.
La nota inesperada empieza a entretejerse cuando Yadine, de 17 años, nieta del médico Ricardo Kaminsky, acude a él para que, en su papel de presunto detective privado, busque a Judy, su amiga del preuniversitario, desaparecida hace diez días.
Génesis. La última parte de Herejes, ocurre en La Habana, en abril de 2009, cuando el Conde recibe de Amsterdam una larga carta de Elías Kaminsky, donde, le dice, en un mercadillo de pulgas recién se halló una serie de apuntes gráficos de un estudiante de pintura del siglo XVII, en cuya “portadilla de cuero del cuaderno, muy maltratadas por el tiempo, aparecían grabadas las letras E.A.” Y, entre varias obras, el pedazo final de una carta que “E.A.” (Elías Ambrosius) le dirigió a Rembrandt, donde además de las matanzas de judíos, le habla de un rabino, sobreviviente en Zamosc, al que le pidió que le llevara a Rembrandt, residente en Ámsterdam, el lienzo donde éste lo retrató encarnando la figura de Cristo.

A través de los personajes, la obra analiza más y mejor que otras anteriores de la serie la situación de Cuba y la pérdida progresiva de toda esperanza.

Mario Conde, el detective cubano expolicía. Desengañado y cínico.
“A sus 54 años cumplidos Conde se sabía un pragmático integrante de la que años atrás él y sus amigos calificaran como la generación escondida, los cada vez más envejecidos y derrotados seres que, sin poder salir de la madriguera habían evolucionado, (involucionado, en realidad) para convertirse en la generación más desencantada y jodida dentro del nuevo país que se iba configurando. (...) Apenas les quedaba el recurso de resistir como sobrevivientes”.
Elías Kaminsky, un judio neoyorquino, artista, grandote y honesto que quiere saber qué pasó con el lienzo y, aunque no lo confiese, quién se lo quedó y mandó a sus abuelos y a su tía Judith a la muerte.
Daniel Kaminsky, es el padre de Elías, que vive en la Cuba de los 50 y termina emigrando a Miami después de la Revolución.
Rembrandt
Elias Ambrosius, antepasado de los Kaminsky, que aprende a pintar con El Maestro Rembrandt en la Amsterdam del siglo XVII, enfrentándose a la comunidad judía. Sirve como modelo para el lienzo que buscará después Elías Kaminsky.
Judith Torres, la adolescente emo de la Cuba del 2008, cuya trágica muerte enlaza con la historia del lienzo.
Yadine Kaminski y el resto de jóvenes cubanos de la Cuba del siglo XXI
Además, los amigos del Conde (el Flaco Carlos, el Conejo, Candito el Rojo y Andrés, quien vive en Miami hace casi 20 años) y su novia Tamara, su perro callejero Basura II...

Novela histórica, social y policíaca. Escrita en tercera persona, es decir, que hay un narrador que identificamos con el propio detective Conde en las partes de la Cuba actual, y con Elías A. en la parte de Amsterdam del siglo XVII.

Nos muestra con crudeza y realismo lo peor de la persecución y las matanzas de judíos en el siglo XVII, una narración conseguida a partir de “una exhaustiva investigación histórica y con documentos históricos de primera mano”, en palabras del propio Padura, y nos mete de lleno en la realidad cubana, compleja y dura.

“Herejes es la travesía de un hombre que elige libremente su camino y lo vive por encima del rechazo social. Quizá por ello, en estos tiempos en que los fundamentalismos ennegrecen el horizonte, el Herejes de Leonardo Padura es un texto obligado contra el dogmatismo, la estrechez mental y el aburrimiento.” (Rosario Ojeda, 3/12/2015)
La trama sirve al autor para deambular por diversas etapas de la Cuba supuestamente socialista y por ciertos meandros habaneros que trazan una amalgama social que implica, críticamente, el desencanto de su generación, el nihilismo de las nuevas generaciones y el asfixiante fracaso económico y político de la Revolución, con sus innumerables visos de carencias, atraso, pobreza, demagogia, corrupción burocrática, y con las libertades acotadas y restringidas, aún en el siglo XXI.

¿Qué precio se ve obligado a pagar el hombre por ejercer su libertad en cualquier sociedad? Esta pregunta resume la esencia de "Herejes", la nueva e intensa novela del autor cubano Leonardo Padura, una narración en clave de novela negra e histórica con el drama de la persecución y el exilio de fondo.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario