28/11/11

8ª Reunión Club de Lectura "La Torre"


Junichiro Tanizaki

16:30 Viernes, 25 noviembre 2011

      La reunión empezó con una breve introducción sobre la figura de   Junichiro Tanizaki y su obra.

Tanizaki escribió esta obra en 1933, a los 47 años, y pese a tratarse de un ensayo es una de las más leídas.
Fue publicada en español en 1994 por la editorial Siruela.

El período que va de 1868 a 1912 en Japón, el reinado del emperardor Meijí, supone la revolución más importante que ha vivido una sociedad para reformar su estilo de vida en los últimos siglos. El esfuerzo de todo un país por salir de siglos de aislamiento, marcados por una economía primaria y un sistema social feudal, y colocarse a la cabeza del continente asiático, como primera economía, y gigante técnológico a escala mundial. Y esta revolución es tan importante no sólo por “a donde llegó”, sino, y muy especialmente, por “de dónde venía”. Japón se tenía por una primerísima potencia en lo espiritual y en su forma de ver la vida; su organización, sus leyes, su sentido del honor, aún hoy están presentes en muchos aspectos de la vida de sus ciudadanos. Imagínense un país que en 40 años crea un sistema moderno de escuela y universidades, una red ferroviaria que atravesaba las principales islas, un sistema judicial próximo a los derechos humanos, hospitales, fábricas, barcos… cuando antes no existían ni las palabras ni los conceptos de universidad, tren, derechos humanos o tecnología. A nosotros nos interesa el lado espiritual, y muy especialmente, la literatura, que también sufrió una enorme renovación.
En Natsume Soseki y Junichiro Tanizaki se da este afán innovador matizado por cierta desconfianza. Soseki ya en 1892 escribía: “A menos que desechemos todo lo viejo y adoptemos lo nuevo, será difícil que alcancemos igualdad con los países de Occidente. Aunque hacerlo así va a debilitar el espíritu vital que hemos heredado de nuestros antepasados y nos podrá dejar inválidos.”
Tanizaki, en su ensayo El elogio de la sombra, tras elogiar el esfuerzo de su país por alcanzar en pocos años a las principales potencias occidentales, escribe: “…Pero esto no es todo: nuestro pensamiento y nuestra propia literatura no habrían imitado tan servilmente a Occidente y, ¿quién sabe?, probablemente nos habríamos encaminado a otro mundo nuevo complemante original.” Sin embargo, cuando un lector occidental se acerca a los libros de Junichiro Tanizaki se abre ante sí mismo un universo original y diferente al que está acostumbrado: la percepción del mundo, y del amor, de un hombre a caballo entre las grandes tradiciones morales, entre dos mundos, lo tradicional y lo moderno, francamente opuestos, entre dos épocas cruciales para la vida de Japón.

El elogio de la sombra es un manifiesto sobre la estética japonesa, en el que Tanizaki argumenta que en Occidente la belleza siempre ha estado ligada a la luz, lo blanco y lo brillante, mientras en Oriente predomina lo oscuro, lo opaco, lo negro.
A lo largo del libro explora la relación entre la sombra, lo tenue, en las lacas, la tinta y el papel, los tokonomas, la construcción de las viviendas, el vesturario y maquillaje, y como ésta enaltece la belleza de los diseños tradicionales japoneses.

Desarrolla una idea clave del pensamiento oriental: en la estética tradicional japonesa lo esencial es captar el enigma de la sombra, mientras que en la cultura occidental se persigue la luz.
Defiende que la belleza pierde toda su existencia si se suprimen los sugestivos efectos de la sombra.
El significado de la penumbra, la opacidad, el espacio vacío, la pátina que el tiempo acumula en los objetos. Y, desde ahi, el gusto por lo oscuro, las pausas/silencios en la conversación, lo antiguo...

Ensayo breve o breve tratado de estética en la cultura japonesa.
Escrito en primera persona, para justificar un punto de vista subjetivo; incluso, hace referencia a las circunstancias personales de su autor (edad y época), para dar a entender que se trata de unas reflexiones muy personales, que sin embargo pretenden explicar “el gusto japonés” o el sentido de la estética oriental, tan diferente (casi opuesto o contrario) del occidental (impuesto a partir de la Segunda Guerra Mundial).
Las reflexiones tienen una estructura continua, sin apenas puntos y aparte, lo que permite una lectura fluida.

            Conclusiones y opiniónes personales
      
      La sombra como proyección, relacionada con la belleza. La sombra representaría el insconsciente o subconsciente, la proyección de los deseos. Es lo que somos, pero no se ve. La sombra es lo que proyecta un objeto cuando incide la luz sobre el.

      Tanizaki nos habla de la relación entre la luz y la sombra en los espacios arquitectónicos, la comida, el arte, y en cómo se iluminan. En la arquitectura moderna occidental esto es algo fundamental, pero se soluciona de manera diferente; si bien es cierto, que según la manera de iluminar los espacios se ejerce una jerarquía espacial, en Occidente el espacio más iluminado suele ser el más importante, aquel sobre el que se quiere llamar la atención.
     En la cultura oriental la forma de tamizar la luz es algo unido a la naturaleza de ciertos colores y  materiales, que iluminados de otra manera pierden completamente su razón de ser o su belleza (el  caso de las lacas o la cerámica).

     La evolución de la concepción espacial en la arquitectura occidental está muy relacionada con el tema de los hábitos higiénicos y la salud. Se relaciona la iluminación plana, blanca y sin sombras, con la ausencia de gérmenes y la limpieza.

      En Occidente se usa la sombra para calcular el tamaño de un objeto, su volumen espacial. En la cultura japonesa, según expresa Tanizaki sirve para explicar su interior (subconsciente).

      Respecto al tema del subconsciente, o proyección de lo que existe pero no se ve a simple vista es interesante cómo describe los espectros, muy diferentes en oriente de occidente.

     Pero por qué esta tendencia a buscar lo bello en lo oscuro sólo se manifiesta con tanta fuerza entre los orientales? Hasta hace no mucho tampoco en Occidente conocían la electricidad, el gas o el petróleo pero, que yo sepa, nunca han experimentado la tentación de disfrutar con la sombra; desde siempre, los espectros japoneses han carecido de pies; los espectros de Occidente tienen pies, pero en cambio todo su cuerpo, al parecer, es translúcido. Aunque sólo sea por estos detalles, resulta evidente que nuestra propia imaginación se mueve entre tinieblas negras como la laca, mientras que los occidentales atribuyen incluso a sus espectros la limpidez del cristal.


      En Occidente sólo en la escuela flamenca, en el siglo XVII, existe una tendencia al tenebrismo en algunos pintores como también en Goya y Velázquez en España.

      En general, la oscuridad o las sombras nos inducen con mayor facilidad al recogimiento, la reflexión, la oración, la profundidad, el silencio.

    

El tema desarrollado nos ayuda a comprender el gusto por lo oscuro, las pausas/silencios en la conversación, lo antiguo...
Sirve para profundizar en lo que no se ve a primera vista: el alma de los seres o su personalidad.
La cultura occidental, cada vez más, valora únicamente lo que puede ver sin ningún esfuerzo: la juventud, el dinero, lo nuevo, lo que brilla... y censura lo que le requiere un esfuerzo mental o físico (pero, sobre todo mental).
Si bien lo que brilla, deslumbra y lo blanco puede ser tan hermoso como lo negro, y más aún, si aparece unido a él, este ensayo debería servirnos para pensar en lo que hay más allá: otros países, otras culturas, otras gentes... y completar nuestra visión del mundo con las demás que existen.
Valorar el significado de la sombra, porque no existe sin la luz, y porque sería innecesaria en un mundo sin sol y sin estrellas.
Valorar lo antiguo y lo viejo, porque encierra una historia, que nos servirá para escribir la nuestra.
La memoria impresa en las cosas, el gesto que se repite, llena de sentido el presente al volverlo una ceremonia cotidiana.
La belleza de nuestra propia imperfección y de las marcas que el tiempo ha dejado, nos devuelve al transcurso temporal de nuestras propias vidas.
Abre la posibilidad de valoración de lo incompleto, de lo imperfecto.

  • Para los distintos significados de sombra Diccionario R.A.E

2 comentarios:

  1. He de decir que he disfrutado con el ensayo de Junchiro Tanizaki y ahora lo hago al leer el post del blog. El libro me ha parecido muy sugerente. El estilo de redacción también me ha gustado porque hay tal flexibilidad al pasar de un tema a otro que resulta sorprendente como hilvana tantos temas relacionados con la Sombra.
    Para comenzar me ha gustado diseño gráfico del libro. Las hojas negras al inicio y al final (como introducción y cierre de la Sombra), así como la calidad del papel utilizado con la nota sobre el origen del mismo (100% procedente de bosques bien gestionados)
    En cuanto al tema del ensayo, me ha resultado sumamente novedoso. Desconocía y a la vez sospechaba algo sobre los gustos y la estética oriental, en este caso Japones, pero he percibido algunas de las cosas que comenta en otros países orientales. Son muchas cosas las que me han llamado la atención, pero por nombrar algunos ejemplos les diré: el dilema sobre los materiales del "shoji" -me pregunto si ahora predominarán los de cristal-; la construcción del retrete (lugar concebido para la paz del espíritu...)la supuesta elegancia de la pátina, el polvo o la sucidad como ingrediente de lo bello -esto lo he visto en algunos templos orientales, y no lo comprendía-, los cuencos lacados, el maquillaje de las mujeres que incluía el ennegrecimiento de los dientes... En fin, para mi este libro ha sido todo un descubrimiento. Mi agradecimiento a quien lo propuso al grupo. Saludos de Amparo

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  2. Que interesante lo que comenta Amparo sobre la forma de la edición del libro: las hojas negras... Gracias, Amparo.

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